Sin este camino recorrido jamás me hubiera hecho estas preguntas. Me alegra haber tenido el coraje de buscar, de sentir, de preguntarme, de volver a desear, de desear otras cosas, de no culparme, de amar, de casi lograrlo, de abandonarlo todo, de ir por otro rumbo.
Siempre, siempre, siempre, el camino es el amor.
Y si no hay amor, que no haya nada.
Por eso, hoy recibo el 2018 con una menstruación.
Mi luna roja.
Cada uno sabe por dónde tiene que ir. Donde está su corazón.
Ser fértil es eso. Saber qué semillas queremos sembrar.
The End.
P.D: Como los caminos siguen seguiré escribiendo aquí: www.nubedeagua.blogspot.com