Estos días fueron muy intensos: el
nacimiento de la beba de L, la propia L
(¡ah, mi amiga del alma es mamá!), el cumple de mi mamá, la fecha con el doc que se
acerca (brrrr, se habrán ido los folículos?),
comer sabroso (mmmh), comer carne (mmmmh, ¡el goulash nos quedó
genialísimo!), comer y engordar (mmmmh, cheesecake, mousse de
chocolate!) y que me quede bien (wow, ¡mirá como me queda este
corpiño!).
Entonces, por ejemplo, se dan estas
conversaciones:
-Mi amor, ¡tenés las tetas como a los
18!
Bueno, ese es mi marido.
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