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25 de octubre de 2013
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Mañana toca última dosis de Puregon
antes de las siete porque a las siete ya estoy arriba del bondi rumbo a la facultad para dar clases. El doc verá luego cómo seguimos. Yo me siento una
bola a punto de estallar. Siento frío, calor, agitación, un cansancio
atroz y luego una alegría que no sé de dónde me nace. Con esa
alegría hago mil cosas. Me paro de cabeza en las clases de yoga y me
quedo ahí, varios minutos, respirando. Las invertidas son mi droga,
claramente. ¿Quién necesita drogas cuando tiene oxígeno en el
cerebro? Mi cuello está mejor luego de encontrar unos ejercicios de
Chi Kung en internet que son simples pero eficaces. Dicen que si
trabajás con una computadora deberías hacerlo cada una hora. Si no
recomiendan hacerlos una vez por la mañana y una vez antes de
dormir. Antes de dormir sería hacerlos ahora, por ejemplo. Bueno, me
voy a girar el cuello.
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