Podría escribir sobre la charla informal que se dio en un seminario de Masaje Tailandés del Norte al que asistí este sábado y del alto impacto que produjo en mi. Estábamos almorzando en círculo, todas éramos mujeres y, de pronto, salió el tema de los hijos. "A mi parece
una locura lo que algunas parejas hacen para tener un hijo". "A
mi me parece que tener un hijo no te realiza como persona". "A
mi me parece que ya hay demasiados niños en el mundo". "¿Por qué no adoptan, habiendo tantos niños en situación de calle?".
Todos estos comentarios me dolieron mucho pero no supe responder. Me quedé callada. Pero hoy, reflexionando, me salen escribir estas palabras que tal vez algún día, si soy valiente, pueda decirlas en voz alta.
Yo no quiero tener un hijo para realizarme como persona. Quiero
tener un hijo porque es un deseo que me nace de las entrañas. Si se cumple, será genial. Si no se cumple, soy muy consciente de que la vida es más que eso. Pero ¿qué hay de malo con desear mucho algo?
No se puede hablar desde un lugar que no se conoce. Hoy en día la
ciencia nos da posibilidades que antes no teníamos. Por ejemplo, si una pareja
decide tener un hijo por un método de fertilización asistida es
algo de ellos que no le incumbe a nadie más. Nadie debería meterse en
algo tan privado. Nadie les dice a las parejas fértiles cómo tienen
que coger para tener un hijo. Del mismo modo, a las parejas que padecemos de infertilidad nos duele muchísimo cuando alguien ajeno a nuestro círculo se mete a opinar sobre algo tan íntimo.
Hoy en día si una mujer sola quiere ser mamá puede optar, si ese es su deseo,
por una inseminación con semen de un donante.
Hoy en día, si dos mujeres se aman y quieren formar una familia pueden
optar por técnicas de reproducción asistida con espermatozoides de un
donante.
Hoy en día si una pareja tiene problemas para concebir naturalmente puede hacerlo mediante las técnicas de baja y alta complejidad que ofrece la fertilización asistida Y también gozar de la posibilidad de la donación de gametos.
Y todo eso a mí me parece maravilloso que exista.