Me acordé de mi mamá. Me acordé de que estuve mucho tiempo enojada con ella porque sentía que no hacía lo correcto, no me gustaba su accionar frente a ciertas cosas, no comprendía de dónde le nacía hacer lo que hacía y por qué. Tuve que pasar por la reproducción asistida para comprender un poco más a mi mamá. Y comprender que uno hace lo que puede. Y que ese poquito que puede ya es mucho.
Ser una mamá... qué lejano que está eso. Y sin embargo, miro de reojo a algunas mamás con sus polluelos colgados del pecho, de la mano, en el regazo. Algunas erguidas, otra medio como pueden, en el colectivo o en el tren van cargadas de bolsos, viandas, niños. Las veo preguntar cómo te fue, cómo estás, secar mocos, reírse y festejar alguna anécdota. Algunas con críos recientes, otras con pre adolescentes que aún no viajan solos. Y a mi me toca cederles el asiento y en verdad se siente bien. Porque está bien. Hay mujeres que procrearon del modo que pudieron o quisieron. Y está bien. Y hay mujeres, como yo, que no procrearemos en esta vida. Y aún así, le damos lugar a lo materno, porque es necesario, está bien, de las mamás venimos y qué sería del renacer del mundo sin las mamás.
27 de septiembre de 2016
15 de septiembre de 2016
Un flujo para nadie
Hoy mientras trabajaba sentí un suave goteo humedeciendo mi ropa interior. Era tan suave la sensación y extraña al mismo tiempo. Fui al baño y me encontré con el famoso flujo, la tan mencionada "clara de huevo". El flujo de la ovulación. Y me sonreí. Mis ciclos ahora son largos. Ya no tengo esas contracciones que tenía cuando me diagnosticaron posible endometriosis ni esas sensaciones de desgarro en los ovarios cuando me dijeron que tenía quistes. Ahora todo es más pausado. Las menstruaciones más largas, la sangre ha vuelto a ser roja, rojísima y abundante.
Y ahora esto.
No, no hay espermatozoides suyos que me puedan embarazar.
Es un flujo para nadie.
Y sin embargo, ahí está la naturaleza misma, riéndose de mi. Ahí esta la naturaleza misma con sus ciclos diciéndome que todo puede renovarse. Y que de la tierra quemada pueden volver a nacer las flores. Con más fuerza que antes.
El deleite está volviendo, junto con los colores, las fuerzas, el hacer, la fortaleza.
Seguimos abrazando el futuro juntos. Sin hijos. Pero tan fértil.
Me sale decir gracias. Y nada más.
Y ahora esto.
No, no hay espermatozoides suyos que me puedan embarazar.
Es un flujo para nadie.
Y sin embargo, ahí está la naturaleza misma, riéndose de mi. Ahí esta la naturaleza misma con sus ciclos diciéndome que todo puede renovarse. Y que de la tierra quemada pueden volver a nacer las flores. Con más fuerza que antes.
El deleite está volviendo, junto con los colores, las fuerzas, el hacer, la fortaleza.
Seguimos abrazando el futuro juntos. Sin hijos. Pero tan fértil.
Me sale decir gracias. Y nada más.
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