Llega mi turno. Paso al consultorio.
Están mi doc y el doc más joven. Los
saludo alegremente a los dos.
-¿Cómo va todo?
-Y no sé... no me vino la
menstruación.
-¿Cómo que no te vino?
-Y no... vine para que me tranquilices.
Enseguida deciden hacerme una ecografía de control.
-¿Vos sentís que te está por venir?
-Y la verdad es que no... siento todo
medio tirante, inflamado... Es
rarísimo. Como si mi cuerpo quisiera retenerlo todo en vez de
expulsarlo.
-El ovario izquierdo está en total
reposo... el derecho... mmmh... ¿cuándo te vino la menstruación por última vez?
-El 17 de julio pero después de eso no
volví a perder sangre nunca más.
Estoy aturdida. ¿Qué les pasa? ¿Por
qué andan cómo revoloteando alrededor de la imagen?
¿Qué encontraron?-Y bueno... que se haga una beta -dice el doc joven.
-Y sí, es lo más seguro, una beta...
No entiendo nada, los escucho hablar.
¿Una beta? ¿De qué están hablando?
-Bueno, te digo lo que nosotros estamos
viendo en este momento.
El corazón se me sube a la garganta.
Pienso: dios mío, encontró algo peor. ¿Qué mierda encontró
AHORA?
-Vemos una imagen en el útero que se
asemeja a un posible embrión.
Salto de la camilla.
-¿QUÉ?
-Eso, que vemos una imagen que puede
estar indicando que...
-Vos me estás jodiendo.
-No, no te estoy jodiendo.
-¿¿Vos me estás diciendo que no me
viene la menstruación porque me quedé embarazada de la inseminación y no me di cuenta??
-Es una posibilidad.
De pronto empiezo a temblar.
-¡Pero yo menstrué!
-Mirá... la ecografía muestra esto.
Pero no es determinante. Necesitamos que te hagas un análisis de
sangre para saber si estás embarazada. La imagen que se ve es muy
chiquita y no me cuajan las fechas pero la biología no es exacta así
que...todo es posible.
Da vuelta la pantalla y allí lo veo,
un punto. Allí mismito en un costadito del
útero. Agarradito, con todas sus fuerzas. Tantas veces vi puntos en
mis ovarios: folículos y más folículos. Pero ese punto está en mi
útero. ¡En mi útero!
-Tal vez esto tenga un final feliz -me
dicen sonriendo.
No quiero preguntarles por las opciones
no felices. Escuché ya términos médicos como "tal vez sea un
saco vacío" o "hay que ver cuánta beta hay".
Salgo del consultorio con las órdenes
en la mano y un revuelo de mariposas en el corazón. Estoy aturdida.
No sé ni para dónde queda la escalera.
Ahora sabemos por qué no me venía la
menstruación.
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