12 de marzo de 2014

¿Cómo estoy?

Ayer volví a ir al ostéopata. Amanecí con dolor ovárico del lado derecho y con sensación de que me iría a bajar en cualquier momento. Se lo comenté. El dolor era sordo y de a ratos se hacía más intenso. Me preguntó si era la primera vez que lo sentía y me reí. Hablamos entonces de mis menstruaciones dolorosas, le conté del quiste ovárico y el mioma que me habían sacado en la laparoscopía en junio de 2012. Le conté de mis ejercicios para manejar el dolor, las respiraciones y el ibuprofeno. Me puso en la camilla y en una hora me dejó hecha una seda. Ni rastros del dolor. Trabajó mucho mi zona pélvica (¡cuántos músculitos pequeños que hay involucrados ahí, por favor!). Salí de allí feliz como si me hubieran devuelto a un mundo de paz y amor.
Cuando le pregunté si le parecía que le diera para adelante con el tratamiento me dijo ¡pero claro, vos dale para adelante! Qué poderosas son las palabras de algunos profesionales de la salud, ¿no?
Hoy ando manchando poco, poquísimo. Aún no se ha desatado la bajada de sangre como normalmente sucede. Estoy al día 26 del ciclo. Esperaré a ver cómo acontece el día de hoy.

2 comentarios:

  1. Qué bueno que puedas conectarte tanto con vos misma y con tu cuerpo! Yo me siento muy dispersa para estar en conexión total... Me gustaría mejorarlo.
    Y sí, es impresionante el efecto positivo de un profesional que se mantiene positivo. Arrrrriba el positivismo! Besazo!!

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    1. Gracias, sí, ojalá se pueda empezar. Mañana veré a mi médico y sabré bien como seguimos. Lo de la conexión con el cuerpo es algo que he ido trabajando mucho con los años. También es cierto que el dolor enseña mucho y al menos en mi caso me dio pautas para la búsqueda de mi bienestar. Gracias por estar!

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