30 de diciembre de 2013

últimos días...

Últimos días del año. Se acerca el 2014.
Hace unos días me regalaron una piedra, la cornalina. Me entero que es la piedra de la fuerza y que entre otras cosas regula el chacra primero y el segundo. Tiene fuerte incidencia en la energía femenina. Quien me la regaló no tiene idea de por lo que estoy pasando, por eso me dio ternura que esta piedra me llegue de esta manera.
Ayer la vi a la hija de una muy amiga que tengo hace muchísimos años. Creo que es mi amiga más vieja. La conocí a los 14. La quiero como a una hermana. Hemos compartido muchísimo y lo seguimos haciendo. Su hija ya tiene cinco meses y es la beba más buena que he visto en mi vida. Tener su cuerpito sobre el mio fue como una caricia para mi corazón. De pronto sentí como si alguien me quitara un enorme peso de encima. Fue hermoso. La energía de algunos bebés me emociona profundamente.

25 de diciembre de 2013

Noche de amor

Me vino la menstruación una semana antes de lo previsto. Ando machando oscuro, raro, con razón andaba tan sensible, con unas ganas de llorar tremendas. Siempre que llega la menstruación es un alivio para las emociones. Una simplemente puede decir, ah, claro, era que me estaba por venir. Y ya. Pero claro, hay todo un universo de condimentos de los que hoy no tengo ganas de hacerme cargo.Hoy no. Pero mañana sí.
Mi estómago ya está recuperado. Nos amigamos. Claramente, nuestras vísceras son muy honestas.
Algo que rescato de todo este momento: mi compañero que es un ser fuera de serie (incluso cuando estamos mal lo pienso y lo seguiré pensando siempre) y mis viejos que se están portando con un amor y una delicadeza con este tema que agradezco desde lo más profundo de mi alma.
Ayer fue Nochebuena y no hubo arbolito, ni regalos. Hubo asado, ensaladas varias, vino, sidra, de postre helado y pileta. La navidad fue estar en familia y nada más.
Nada más y nada menos.
El año que viene seguramente será distinto porque habrá un niño más en el mundo. Esperamos que el nuestro también llegue. Que ese sobrinito/a que hoy nada feliz en la panza de mi cuñada llame a su primito/a, es decir a este hijito/a nuestro que tanto deseamos y que esperamos con el corazón.

23 de diciembre de 2013

Purgas

Qué difícil es hacer la plancha cuando se tiene todo un año de ansiedadincertezasyespera encima. A mitad de semana esos síntomas de cansancio, estado semifebril y desmayo por una bruta bajada de presión desembocaron en lo que el médico definió como "un rotavirus que abunda por estos lares y tiene su pico máximo cada 15 días". En mi peor momento, cuando los cólicos me doblaban en dos y las ganas de vomitar eran insoportables me sobrevino una necesidad de llorar, rabiar, putear. Todo lo que no pude decir lo dijo mi estómago fiel. Tengo un estómago muy sincero, realmente.
Y entonces mi estómago dijo:
Querida mía, no va más. O reaccionás vos o reacciono yo. Si seguís por la vida creyendo que saldrás indemne de esta situación, estás muy equivocada. Estás lastimada, cansada, alterada y extremadamente sensible. Ni siquiera podés enojarte de lo cansada que estás. Vamos a ver: decís que viniste acá a relajarte. Hice todo lo posible para que lo hicieras. Pero no, ves una embazarada y te la querés comer cruda. CRUDA. Ves una embarazada con dos hijitos más a cuestas y te la querés comer VIVA. Entonces, no seamos necios. No podés relajarte y yo te voy a ayudar a sacar toda esa mierda que tenés afuera de este cuerpito tan bonito que tu mamá te dio. 
Y entonces me purgué.

12 de diciembre de 2013

Hacer la plancha

Nadie tiene idea de el stress que genera un tratamiento de fertilidad (aunque como en mi caso sea de baja complejidad). Los de afuera no tienen idea. Me sorpendió saber, por ejemplo, que está comprobado que el stress que se sufre en los tratamientos oncológicos es bastante similar al stress que se vive en los tratamientos de fertilidad. ¿Por qué? Porque en ambos está en juego el futuro. El futuro, qué palabra. Por ahora necesitamos navegar en un mar de aguas calmas. Hacer la plancha. Sé que haciendo la plancha no me voy a embarazar pero recuperaré fuerzas. Además, sé que sonará raro pero tengo curiosidad por volver a mí. Sé que este ciclo será mío, sólo mío. Y eso también me hace bien. No menstrúo sola desde antes de mi primer embarazo. Tengo curiosidad por volver a reconocerme.

10 de diciembre de 2013

3 negativos, 1 positivo, 1 aborto y seguimos....

Diciembre no es un buen mes para jugar con las hormonas. Después de todo este camino andado necesito volver a encontrarme. ¿Cómo era sonreir? Aún así no me arrepiento de ningún paso que hicimos. No me arrepiento de nada de lo que pasó en este 2013.
A saber: una primera inseminación en junio que dio negativa, otra segunda inseminación en julio que dio POSITIVA, una pérdida gestacional a las siete semanas, una pequeña espera para que el ciclo se normalice, una tercera inseminación en octubre con su correspondiente negativo y una cuarta inseminación en noviembre que tampoco fructificó.
Hoy siento que el corazón se me sale del pecho. Ya no sé si lo que siento es producto de las hormonas que me inyecté, la frustración de que esto no se concrete, el cansancio del año, la sensación de estar girando en redondo. 
Odio hacer balances pero tal vez haya algo bueno que sacar de todo esto. Estamos vivos, las hormonas funcionan, el tratamiento funciona y sabemos que en algún momento nuestro deseo de tenerte se consumará.

18 de noviembre de 2013

2

Veo veo
¿qué ves?
dos ovulitos dispuestos a salir.
¿Siempre dos?

vienen...
de a dos
se acompañan
quieren ser
pues la biología
nunca miente.


6 de noviembre de 2013

1

Intentarlo desde el corazón vale la pena. Intentarlo hace que nos conozcamos mejor. Intentarlo aunque salga mal o salga incierto. Porque el camino se hace andando. 
Cuarto intento, allá vamos.

3 de noviembre de 2013

Negativo

El evatest dio negativo y la bajada de la sangre llegó. Como si ese negativo le hubiera dado permiso a mi pobre cuerpito para relajarse y fluir.
"Parece como si tu cuerpo hubiera esperado a la ciencia para menstruar", me dijo él.

2 de noviembre de 2013

Desintegración

Mañana me hago el test de orina. Me sigue bajando un flujo oscuro. Muy de a poco. No quiero hacerme la cabeza. Simplemente me puse una toallita y a otra cosa. Sigo tomando mi ácido fólico, como si estuviera embarazada. Como lo mejor que puedo y de todo. Me compré el evatest normal, no el de cuatro días antes de la menstruación.
Ayer lloré un buen rato en sus brazos.
Hace días que vengo sintiendo la desconcentración de mi cuerpo. Como si un todo se estuviera desintegrando. Como cuando la tierra se mueve y emergen pozos.
Pero hoy me levanté sin esfuerzo y vi algo más de claridad. Mañana me hago le test de orina y, pase lo que pase, te amamos.

31 de octubre de 2013

Lo que mata es esperar

Un hilito y luego otro y otro. La semana transcurrió entre mil cosas (además el termotanque se pinchó, hubo que cambiarlo, un despelote). Y siempre con la sensación de opresión en el útero, las tetas creciendo, el empuje de las hormonas preparando el cuerpo para gestar. Y la pregunta, la GRAN PREGUNTA es: ¿estaré gestando?
Qué incertidumbre. Qué miedo no saber. Sé que es tonto, racionalmente sé que no sirve de nada arruinarse el presente con el futuro incierto.Pero en fin, seré tonta, ¿qué voy a hacer?

29 de octubre de 2013

7

Hoy es nuestro día, mi hermoso/a. Hoy es nuestra oportunidad para que vos y yo nos encontremos. Aún estás afuera pero ya estás adentro. No hay barrera. Estás en mi corazón, en mi mente. Ahora sólo hace falta que estés en mi útero. Y quieras quedarte allí, ser un bebé, un humanito. Con Papá te venimos soñando desde que nos juntamos. ¡Vení, vení, vení!


27 de octubre de 2013

6

Hoy nos toca Pregnyl, la inyección que me hará ovular. Preparamos la inyección. Mezclamos el solvente con el polvito y lo pasamos todo a la jeringa. Cambiamos la aguja intramuscular por una aguja intradérmica. Es finita y ¡adentro! El líquido va entrando despacio. Él, en su intento por ser empático (o en su torpeza al guardar la aguja) se clava la aguja intramuscular en la yema de su dedo índice. Ya ves, hijito, mamá no es la única que recibe pinchazos para traerte al mundo. 

26 de octubre de 2013

5

¡Viernes! Me inyecto Puregon con los ojos cerrados. Tengo un sueño tremendo. Tengo turno con el doc a las 11:30 y cuando me hagan la eco ya voy a tener puesta mi dosis de Puregon del día. Parto rumbo a la facultad a dar un teórico. No sé ni cómo hago para concentrarme en dar la clase pero lo logro. 
Llego a la clínica y todo es un caos, muchísima gente, el doc muy atrasado. Los viernes suelen ser así. Me voy a tomar un café con leche al bar de la esquina. No como nada desde las seis de la mañana y todas las células de mi cuerpo me gritan: ¡comida!  
Al volver me dicen que me va a atender el médico joven porque mi doc está muy atrasado. No tengo problemas con eso.
Me acuesto en la camilla. H es metódico, reservado y bien preciso. Apenas entra al cuarto ya baja las luces. Me hace sentir cómoda. Suena Pennylane de The Beatles como música de fondo. Me dan ganas de reirme. Le hago un comentario jocoso de la buena música que pasan en la clínica y el médico se ríe un poco conmigo. Me va contando lo que ve. Y lo que ve es asombroso. Ya tengo un folículo de unos 17 mm a punto de salir. Y otro del otro ovario de unos 14 mm que supone que crecerá con el pasar de estas horas.
-Seguro que llegás a la inseminación con dos, lo cual es mejor.
Siempre llegué con dos. Esta vez la medicación fue menor y estoy contenta. Todo va más rápido y siento que mi hijito/a quiere venir. Por primera vez pienso que tal vez no sea yo la apurada sino que hay algo, una presencia que está apurando las cosas.
Así que la inseminación será el lunes.

25 de octubre de 2013

4

Mañana toca última dosis de Puregon antes de las siete porque a las siete ya estoy arriba del bondi rumbo a la facultad para dar clases. El doc verá luego cómo seguimos. Yo me siento una bola a punto de estallar. Siento frío, calor, agitación, un cansancio atroz y luego una alegría que no sé de dónde me nace. Con esa alegría hago mil cosas. Me paro de cabeza en las clases de yoga y me quedo ahí, varios minutos, respirando. Las invertidas son mi droga, claramente. ¿Quién necesita drogas cuando tiene oxígeno en el cerebro? Mi cuello está mejor luego de encontrar unos ejercicios de Chi Kung en internet que son simples pero eficaces. Dicen que si trabajás con una computadora deberías hacerlo cada una hora. Si no recomiendan hacerlos una vez por la mañana y una vez antes de dormir. Antes de dormir sería hacerlos ahora, por ejemplo. Bueno, me voy a girar el cuello.

24 de octubre de 2013

3

Tengo unas ojeras tremendas. Suena el despertador y me digo que soy una boluda marca cañón. ¿Cómo se me ocurrió darme la inyección a las siete de la mañana? Él me mira con odio y amor, todo al mismo tiempo.
Tengo el cuello a la miseria. Ayer me acosté a cualquier hora. Llegué de dar una clase a cualquier hora. Él ya había cenado. Me hice una especie de omelette con espinacas y una hamburguesita de arroz con aduki. No tenía mucha hambre pero estaba demasiado despierta. Dar clases de noche me deja demasiado alerta. Es horrible. Estar cansada y no poder dormir.
Voy a buscar el Puregón y preparo todo de memoria. Pero lo hacemos juntos porque si no está él nunca pongo la aguja perpendicular a la piel y entonces me duele o sangra o se me hace un moretoncito. Él me va diciendo así sí, no, así. Ayer, por ejemplo, sin darme cuenta me inyecté en una peca. Hoy al menos no. Voy mejorando. Es como estacionar pero con una aguja, ponele.

23 de octubre de 2013

2

Tercera dosis de Puregon. Ayer me dormí a las diez. El cerebro se me iba apagando muy de a poco. Cenamos la tarta  que había hecho el día anterior. Por la tarde había ido a la clase de T. Fue una clase intensa pero diferente. No fue tan física.  La dedicó enteramente a la respiración. Hicimos muchas asanas dinámicas (en movimiento) coordinándolas con la respiración. Terminé muy relajada. También hicimos asanas invertidas. Estuve mucho tiempo cabeza abajo y eso me oxigenó brutalmente el cerebro. Por la noche me salió todo un zarpullido en un costado de la cabeza y una ronchita justo en el entrecejo (tercer ojo). ¿Es el Puregon o es el yoga? Me fui a dormir para no pensar. Hoy me siento bien pero me duele un poco el hombro izquierdo. Sigo con sueño. La gata merodea, me pide agua, me busca todo el tiempo. Eso es raro. En un rato llega A. La casa, impecable. Vino María ayer. Me enseñó a planchar chombas y camisas. Me dio gracia. Me dijo, mientras planchaba, que ella iba a ser un poco abuela de mi hijo. Eso la hace un poco mi madre. Mi mamá tierra, como le digo yo a veces.

21 de octubre de 2013

1

Son las siete de la mañana. Nos despertamos, nos damos unos mimos, él me da mil besos en los labios y luego me dice: "vamos, amor, hoy te toca Puregón". 
Bajo a la cocina, abro la heladera, tomo la cajita de la medicación que compré el viernes y la puregon pen. Él prende la computadora para volver a ver el video de instrucciones. ¿Nos acordamos cómo era? No, no nos acordamos. Hay cosas que mejor no sistematizar. Pasaron muchos meses desde la última vez que me inyecté. Era julio y hacía mucho frío. Era julio y era nuestra segunda inseminación. Era julio y aún no sabía que me quedaría embarazada de esa segunda inseminación. Tampoco sabía que lo perdería y que, al cabo de unos meses, tendría que volver a reaprender cómo inyectarme. 
Estamos en octubre. Es primavera. Pongo alcohol en la punta del cartucho, limpio la lapicera como para sacarle brillo. Respiro y... me pincho con 75 IU. Una dosis redondita. Ya no tanteamos, hemos recorrido un camino y ya sabemos: son 75 UI durante cinco días. Y a esperar a que crezcan dos ovulitos. 

5 de septiembre de 2013

Posibilidad

Sin pérdida no hay ganancia. No cambiaría nada de todo lo que viví hasta ahora, incluso este dolor que siento ahora por no tenerlo dentro mío. Porque este dolor es inversamente proporcional a la alegría de saber que estaba ahí.
Y el dolor menstrual, ese dolor sordo, un dolor que se confunde con hambre, el hambre de algo que no está. Mis entrañas te extrañan. Extrañan tu presencia que aún siendo mínima ya era una presencia que se sentía. ¡Y cómo se sentía! El cuerpo caliente, la turgencia de los pechos, las caderas, el bajo vientre. Todo estaba abierto, como una flor.
Y de pronto alguien te dice una verdad: ese dolor menstrual, ese dolor ovárico que se inicia es el comienzo de un nuevo ciclo. Y si hay nuevo ciclo hay posibilidad. Todo es posibilidad ahora.

4 de septiembre de 2013

Ya va a volver

La beta finalmente bajó de 6.300 a 295 en una semana exactamente. Y entonces el nudo en la garganta. Sensación ovárica a más no poder. Ahora sí, ahora sí que estoy menstrual. La dulzura de mi bolsita me abandona y me quedo sola nuevamente con mis ovarios que roen y roen y el útero que aúlla porque no alberga a nadie. Me siento tan sola con este dolor que sólo confirma lo que no pudo ser, lo que se perdió. Ahora sí puedo decir, lo perdí. Lo perdí. ¿Por qué lo perdí? Y empiezo a llorar. Lloro en el descanso de la escalera con un llanto que no puedo controlar. Mi mente es rápida y viaja más rápido que la emoción. La mente dicta: ya me parecía que te lo estabas tomando con mucha calma. El llanto calma mis ovarios. Él me escucha llorar y corre hacia donde estoy. Me abraza fuerte, me dice ¿qué te pasa, te duele? ¿Querés un ibuprofeno? Y yo, no, no, no. No es dolor. O sí, es dolor, pero no se calma con ibuprofeno. "Lo perdí, ¿por qué lo perdí?", le digo en medio de unos sollozos incomprensibles. Él comprende, me abraza muy fuerte y me dice: "ya va a volver, ya va a volver". No dice: "vas a tener otro", me dice "va a volver". Él tampoco soporta que se haya perdido.

24 de agosto de 2013

No es viable

Algo del saco vitelino que no le gustó. Y la vesícula que creció mucho pero que en realidad no es así sino que lo interpreta como que el saco no creció y entonces la vesícula se ve grande. Y entonces me entero de que no ve el embrión aún. De que se ve el saco, se ve el anillo llamado vesícula pero no se ve el embrión. Y entonces dice: no me gusta lo que veo. Algo que yo interpreto como "esto no es viable". El saquito no se está desarrollando como debiera. Es lo que los médicos llaman tan fríamente: "desarrollo embrionario". Y ahora comprendo por qué nadie dice nada hasta que termina el primer trimestre. Porque recién a las 12 semanas uno se entera de si el embarazo va a seguir o se va a perder.
Me pongo tan triste. Tan triste por esta bolsita que trató de quedarse pero que pareciera que no tiene muchas chances. Nos decimos con él que menos mal que la bolsita aguantó todo lo que pudo para demostrarnos que sí, que nos quedamos embarazados, que el óvulo y el espermatozoide se juntaron y que no hay dudas de que en algún momento voy a ser mamá. Y él dijo, sí, que bueno bolsín que te quedaste. Y entonces nos reímos abrazados en la cama. Y yo lloro un poco pero ya no me siento tan triste aunque sé que los días que vendrán van a ser largos y muy difíciles.

18 de agosto de 2013

De cómo me enteré que estoy "un poquito" embarazada (1)

Cuando llego a la clínica hay un montón de parejas antes que yo. Pienso: debería haber reprogramado el turno. Y luego pienso: no, mejor me quedo, espero y le pregunto por qué no me viene la menstruación y me quedo tranquila.
Llega mi turno. Paso al consultorio.
Están mi doc y el doc más joven. Los saludo alegremente a los dos.
-¿Cómo va todo?
-Y no sé... no me vino la menstruación.
-¿Cómo que no te vino?
-Y no... vine para que me tranquilices. 
Enseguida deciden hacerme una ecografía de control.
-¿Vos sentís que te está por venir?
-Y la verdad es que no... siento todo medio tirante, inflamado... Es rarísimo. Como si mi cuerpo quisiera retenerlo todo en vez de expulsarlo.
-El ovario izquierdo está en total reposo... el derecho... mmmh... ¿cuándo te vino la menstruación por última vez?
-El 17 de julio pero después de eso no volví a perder sangre nunca más.
Estoy aturdida. ¿Qué les pasa? ¿Por qué andan cómo revoloteando alrededor de la imagen? ¿Qué encontraron?
-Y bueno... que se haga una beta -dice el doc joven.
-Y sí, es lo más seguro, una beta...
No entiendo nada, los escucho hablar. ¿Una beta? ¿De qué están hablando?
-Bueno, te digo lo que nosotros estamos viendo en este momento.
El corazón se me sube a la garganta. Pienso: dios mío, encontró algo peor. ¿Qué mierda encontró AHORA?
-Vemos una imagen en el útero que se asemeja a un posible embrión.
Salto de la camilla.
-¿QUÉ?
-Eso, que vemos una imagen que puede estar indicando que...
-Vos me estás jodiendo.
-No, no te estoy jodiendo.
-¿¿Vos me estás diciendo que no me viene la menstruación porque me quedé embarazada de la inseminación y no me di cuenta??
-Es una posibilidad.
De pronto empiezo a temblar.
-¡Pero yo menstrué!
-Mirá... la ecografía muestra esto. Pero no es determinante. Necesitamos que te hagas un análisis de sangre para saber si estás embarazada. La imagen que se ve es muy chiquita y no me cuajan las fechas pero la biología no es exacta así que...todo es posible.
Da vuelta la pantalla y allí lo veo, un punto. Allí mismito en un costadito del útero. Agarradito, con todas sus fuerzas. Tantas veces vi puntos en mis ovarios: folículos y más folículos. Pero ese punto está en mi útero. ¡En mi útero!
-Tal vez esto tenga un final feliz -me dicen sonriendo.
No quiero preguntarles por las opciones no felices. Escuché ya términos médicos como "tal vez sea un saco vacío" o "hay que ver cuánta beta hay".
Salgo del consultorio con las órdenes en la mano y un revuelo de mariposas en el corazón. Estoy aturdida. No sé ni para dónde queda la escalera.
Ahora sabemos por qué no me venía la menstruación.

14 de agosto de 2013

Una antena, por favor

Terminé con el ciclo de anticonceptivos. En estos días debería venirme la menstruación. Pero aún no hay ni rastros de la sangre. Ya no me reconozco. No sé cómo era menstruar antes de comenzar con todo esto. Son tratamientos largos y lo largo estira el deseo. El cansancio es moral, no físico. Aunque a veces sí, también es físico. Ayer probablemente fueron las hormonas. De pronto mi cuerpo toma envión. Algo hace un click. Es como si de pronto todas mis células gritaran al mismo tiempo: "¡no está tomando la píldora!". Y la hipófisis mandara señales a todos lados. Es muy sutil este cambio. Creo cada vez más que tomar anticonceptivos inhibe algo en el proceso de las emociones. Y cada vez más creo en el poder de los estrógenos. Cuando me dan Puregón es como si viera la vida en technicolor. Ayer, ya sin la pastillita rosa volví a sentir esa sensación de que en cualquier momento se larga la cascada y de que no soy de piedra ni tengo una fuerza ilimitada. Soy tan humana como el que más. Y tengo ganas de mandar todo al cuerno y quedarme sola, con él, abrazándonos por un largo tiempo.

31 de julio de 2013

Todo intenso

Estos días fueron muy intensos: el nacimiento de la beba de L, la propia L (¡ah, mi amiga del alma es mamá!), el cumple de mi mamá, la fecha con el doc que se acerca (brrrr, se habrán ido los folículos?), comer sabroso (mmmh), comer carne (mmmmh, ¡el goulash nos quedó genialísimo!), comer y engordar (mmmmh, cheesecake, mousse de chocolate!) y que me quede bien (wow, ¡mirá como me queda este corpiño!).
Entonces, por ejemplo, se dan estas conversaciones:
-Mi amor, ¡tenés las tetas como a los 18!
Bueno, ese es mi marido.

27 de julio de 2013

¿De dónde vienen los niños?

Sueño con repollos.
Sí, repollos. Mi bebé era un repollo. ¡Dios!
Y algo con mi mamá que me dejó picando a la madrugada.

21 de julio de 2013

No te acerques a mi porque sé que te puedo estimular

Tengo 20 días para que estos tres folículos que salieron de no sé donde se vayan. La teoría es que la gonadotrofina coriónica del Gonacor además de hacerme ovular, hizo crecer a los folículos pequeños. Por eso, en este momento de la menstruación en donde mis ovarios deberían estar reposados y dispuestos a comenzar un nuevo ciclo nos encontramos con que ¡YA ESTÁN ESTIMULADOS!
El doc insiste en que esto es algo muy bueno. ¡Tenés ovarios muy sanos, flaquita!
Ajam, bueno.
Prescripción médica actual: reposo ovárico, es decir: una vuelta de anticonceptivos de 24 días a ver si todo vuelve a enfriarse un poco. Se ve que cuando caliento motores, bueno, caliento mucho los motores.

19 de julio de 2013

Game over

Me vino la menstruación.Sin falta. Otra vez, comenzamos. 
Vuelta a pedir turno y game over, querida. 

5 de julio de 2013

Danzar la vida

Diez milllones y medio de espermatozoides en mi útero en este momento bailan al son de mi digestión: tallarines a la bolognesa y mousse de maracujá de Prosciutto.
Vení, vení, vení que la vida ¡es gostosa!
Dormí una siesta de cuatro horas. Una bestialidad.
No tendré hambre, creo que por un año. Mínimo.


3 de julio de 2013

2

Puregon 75 UI
x
6 días
___________
2 ovocitos

Gonacor "toma 2" = Viernes: hacemos un bebé

1 de julio de 2013

1 (surfear la ola)

Esta vez venimos más organizados. Conseguí todos turnos a las 8:20 de la mañana. Eso es bueno porque él puede acompañarme. Es de noche aún cuando nos subimos al auto pero para cuando ya estamos en la Lugones el cielo ha comenzado a clarear y el hormiguero en el que se ha transformado Buenos Aires nos deja avanzar.
Esta vez venimos más organizados. El doc está contento y hay cero drama. El puregon en la nueva dosis hace bien su trabajo. Yo me siento normal, sana, trabajo, enseño, estudio lo que no me sale, me reúno con algunos amigos, limpio la casa (bueno, eso más o menos) y como de todo sin que nada me caiga mal. Sí, increíble, como muchísimo más que antes y sin ninguna culpa (carne, huevos, lácteos ¡vengan a mí!). No engordé nada pero estoy llena de felicidad. Me siento tan fértil que podría dar a luz mellizos sin miedo.
¿Por qué dije mellizos? Bueno, porque parece que los óvulos vienen de a dos.
Esta vez venimos más organizados. Por ejemplo, cambié el horario del Puregon. Es menos complicado en la rutina pincharse antes de cenar que antes de desayunar. El recordatorio de los pinchazos es, como decirlo, menos insistente. Además, el ciclo fue más corto y me pinché menos veces. Y además, después de la aguja del Gonacor, la del Puregon es jauja.
Esta vez venimos más organizados. Estamos tranquilos, sabemos que esto es un camino como cualquier otro y que lo mejor es transitarlo con buen humor y mucho amor. Lo mejor es mimarse mucho y darle rienda suelta al cuerpo, que para eso tenemos uno.
Ya estamos en la cresta de ola, ¡ahora hay que surfear!

24 de junio de 2013

Se puede ser fértil sin dolor

Lo más bizarro: hacer un evatest y que el pis que colocás en el plastiquito esté todo rojo por la bendita menstruación. Cualquiera.
Negativo. Obvio. Nos quedamos un rato abrazados en la cama.
Ni siquiera sabemos si hubo concepción. Es triste.
El día arranca y yo siento un elefante en el cuerpo. Es la menstruación, me digo a mí misma pero cuando me miro la cara reconozco la angustia. Estoy despeinada, desorientada, la ropa deslucida. Todo está fuera de lugar.
Recibo un mail del médico que me tira buena onda y cariñosamente me propone que vaya el miércoles para seguir "con energía". El miércoles es un quilombo de horarios, empiezo a hacer malabares para que algo de esto encaje en mi rutina.
Y me voy a duchar. Lloro un ratito mientras el agua caliente va barriendo el color de la última sangre que cayó. Pienso en cosas buenas: me vino la menstruación en un ciclo largo. ¿Hacía cuanto que no me pasaba eso? Ah, qué lindas son las drogas cuando hacen bien su trabajo. Y vino rojísima, un color maravilloso. Y vino sin dolor. ¡Sin dolor!
O sea que se puede ser fértil sin dolor. Se puede ovular y todo eso sin dolor.
O sea que se puede tener una menstruación de verdad. Sin dolor. Con todo el ciclo completo.

18 de junio de 2013

5

Sensación ovárica o uterina. ¿Cómo se describe? No lo sé. Es una sensación muy menstrual. Tengo todo el cuerpo confundido. ¿Es la progesterona? ¿Es la ansiedad? ¿Es que me está por venir? ¿Es que me quedé embarazada? ¿Es...?AAAAAAH.
Sueño que menstrúo muy poquito. Pero por la mañana no cae ni una gota.

8 de junio de 2013

Run Forest!

Mis óvulos cantan: ¡vengan, spermis, vengan, vengan!
Al momento de la inyección él no pudo reprimir su humor ácido y soltó un: "Run Forest, run!". Me hizo reir con los espéculos y todo. El doc también se rió.
Ayer los 20 millones debían estar por ahí. Bailoteando. Hoy ya deben ser menos.
El doc fue muy claro: en una eyaculación normal hay unos 400.000 espermatozoides. En la inseminación me colocaron unos 20 millones y TODOS MOVIBLES. ¡Vivan los donantes!
Así que sólo tienen que encontrarse. Que no es poco.
Por ahora, de a poco me voy sintiendo mejor, me voy aflojando de tanta tensión.


7 de junio de 2013

4

Mañana es el GRAN día.
Finalmente, luego de tanto trajinar, llegamos a la recta final. ¿O estamos sólo en el medio? Luego serán 15 días de progesterona, esperar y ver si alguno de mis óvulos encuentra a su príncipe azul. Mientras tanto nosotros tenemos que tratar de seguir con nuestra vida normal.
Ando con una especie de descompostura desde el martes. No sé si es cagazo, ansiedad, nervios, la medicación o un virus. Tengo además unas décimas de fiebre.
El gonacor es para que se inicie el proceso ovulatorio. En ese proceso estamos. Me di dos inyecciones subcutáneas con una aguja un poquito más gruesita que la del Puregon. Es medio impresionante esto de inyectarse una jeringa porque con el Puregón no se veía nada pero con la jeringa se ve tooooodo.
Igual, dolió muy poquito.

4 de junio de 2013

3

Puregon mediante generé dos óvulos. Uno de 15 mm y el otro de 12 mm. El doc me separó 100 UI más para darme un "empujoncito". Vamos lento pero seguro. Dosis mínimas de 50 UI.
-Se hace más lento pero por el precedente anterior es mejor así.
¡Qué me importa a mí ir en carreta si llegamos al final!
Este miércoles tengo nueva ecografía y luego segunda entrevista con el banco de semen. Tengo que llevar la documentación firmada, los estudios, una solicitud de mi médico, mi DNI y -nada es gratis en este mundo- el dinero.
Si todo sale bien tal vez el viernes hacemos un bebé.

26 de mayo de 2013

2

Prendemos la computadora.
Se cuelga.
-Mal momento para que se cuelgue, ¿no? - dice él.
La resetea.
Funciona.
Buscamos el video donde una española muy simpática nos explica paso a paso lo que hay que hacer.
-Lavarse las manos. (Nos lavamos las manos, los dos).
-Desenroscar la lapicera. (Yo la desenrosco).
-Colocar el cartucho. (Él quita el plástico, lo coloca).
-Volver a enroscar la lapicera. (Yo la enrosco).
-Desinfectar con alcohol la punta de la lapicera (Yo le paso un algodón con alcohol).
-Colocar la aguja. (Él quita el envoltorio de plástico donde viene la aguja y yo la coloco).
-Desinfectar la aguja (Yo le paso el algodón con alcohol).
-Darle unos golpecitos para que la medicación suba a la aguja. (Él le da unos golpecitos).
-Medir las unidades. (Él mide las unidades).
-Pinchar.

Nos miramos.

-¿Querés que lo haga yo? -me dice.
-No, sí, no se...
-Amor...
-¿Tengo que pinchar hasta el final?
-Sí. ¿De qué lado preferís?
-El izquierdo, acá.
Me pellizco la panza del lado izquierdo.
-A ver...
-No pará, lo hago yo.
-Bueno.
Y me pincho. No duele nada. Pero nada. Es muy extraño, tener una aguja ahí, atravesando la piel de una ¡y no sentirla! Aprieto el botón y me inyecto. Siento el líquido entrando.
-¿Dolió?
-No, nada.
-Pasate algodón, apretate ahí.
Nos abrazamos. Contentos.
Qué raro que es estar contentos por esto.

24 de mayo de 2013

1

Sin folículos residuales, comenzamos.
Le vuelvo a preguntar por qué una mujer que no tiene problemas reproductivos necesita un ciclo de estimulación (aunque sea mínimo). Mi pregunta es obvia: quien se quema con leche ve una vaca y llora. Luego de la hiperestimulación con una dosis estandart de Clomifeno creo que tengo derecho a que me expliquen mil veces por qué me tienen que estimular.
La respuesta de mi doc es contundente.
-Te lo digo claro y sencillo: porque tenés tres veces más chances de quedar embarzada que con tu ciclo natural.
Ya sabemos, a la Medicina Occidental le encantan las estadísticas. Ya estoy en este baile así que bailo. Imposible discutir con la lógica científica.
Mi doc nos da las indicaciones, nos muestra la Puregon pen con la que me daré las inyecciones, nos recomienda un video con buenas instrucciones para mirar en youtube y nos da un voucher para comprar la medicación con un 46% de descuento.
-Con el puregon vas a estar fantástica. No genera folículos residuales.
Nunca pensé que me iba a poner tan contenta esto de tener que pincharme la panza. Debo estar volviéndome loca. Las agujas  yo nunca nos llevamos bien.
Todo sea porque no quiero nunca más volver a tomar las pastillas de Clomifeno.

17 de abril de 2013

Un moretón

Hay algo que se llama cuerpo lúteo hemorrágico. Sucede al azar. No se sabe por qué pasa. Hay algo con el grado de vascularización o no sé qué. Jamás me hubiera enterado de esto a no ser por el hecho de que estoy en medio de un tratamiento de fertilidad y me van mirando mes a mes. Por eso el ovario no se repone. Por eso se ve en la ecografía el folículo que ahora está de 30 mm. El ovario necesita más tiempo. Es como tener un moretón ahí. Tiene que reabsorberse.
Me dio un ciclo de anticonceptivos.
Él me levanta la remera y con el dedo acaricia el lugar donde están mis ovarios. Les dice: ¡basta eh, ustedes dos, basta eh!

11 de marzo de 2013

Mil oportunidades

Marzo no.
Marzo no porque los folículos siguen allí.
Lo miro sin entender.
-¿Cómo siguen ahí? ¿Por qué no se van? ¿Es la medicación que me diste o soy yo?
-A veces pasa...Ya deberían haberse ido pero... a veces pasa.
-¿Y entonces?
-Voy a pedirte una ecografía doppler transvaginal. Quiero descartar que haya algo estructural en el ovario que no esté permitiendo que se vayan.
-No entiendo.
-Va a estar todo bien, vas a ver. Esto en realidad es algo bueno.
-¿Algo bueno? No lo entiendo. Me diste una droga que se suponía que era para mejorar la calidad de mi ovulación y resulta que lo único que hizo fue ponerme un palo en la rueda.
-Es algo bueno. Significa que tus ovarios funcionan, que tenés gametas. ¿Y eso sabés que significa? Mil oportunidades.