22 de abril de 2014

Subirse a la ola

El lenguaje es tan peculiar. Todo tiene demasiado significado. Todo. Cuidado con lo que me vas a decir porque todo puede ser tomado en tu contra. Alguien que me quiere mucho me dice que no esté triste porque si a cada curva cerrada de este camino de la fertilización asistida voy a estar triste, voy muerta. Me dan ganas de responderle mandándola a la mierda. Pero sé que viene del amor. No tiene la culpa de no saber, de no tener la menor idea de lo que es estar acá (tampoco se lo deseo), tratando de surfear una ola y con el mar que sólo te da cachetazos, o bien, se queda planchado, nada de nada, un agüita plana que no dice nada. Y yo con mi tabla nueva a estrenar, mi Puregon del orto que ya gasté y para nada.

Trato de no herir a nadie en este camino. Me dicen que no tengo problemas para concebir pero voy al médico y se le escapa un "te vas a curar, vas a tener un bebé". Y no es un mal tipo, para nada, es de lo mejorcito que conocí. Es de los que "no comen bronce" como decía la abuela de mi marido. Pero tengo que hacer un enorme esfuerzo para no sentirme enferma. Y aún así me lleno de hormonas que hacen que mi cuerpo reaccione como puede. Ya me imagino a mis ovarios en estado de estupefacción. Un mes te frenan con anticonceptivos, al otro mes te mandan 450 UI de Puregon. Al otro mes te dejan ser a ver "qué onda el ciclo natural". Y te miden las hormonas a ver si se te dispararon mal o todo sigue ok. Los ovarios de las mujeres no están hechos para folicular por dos todos los meses. Esto es real. Los residuales que muchas odiamos porque no nos dejan avanzar son el resultado de la manipulación con drogas. Y ni hablar de las mujeres que van a in vitro y que en vez de dos, intentan que foliculen todo lo que pueden. A ver mamita, ¿cuántos huevitos me das? Pero es así como funciona. Necesitamos de esos huevitos. Y de los espermatozoides de ellos.

También me tengo que bancar a las huestes del espiritualismo que nos mandan a él y a mí a que nos hagamos acupuntura, hierbas, chacras y la mar en coche. Boludos. El problema es bien real. Es del plano físico. La acupuntura no le va a devolver la salud al testículo de él. Pero tampoco los mando a la mierda porque soy tan buena que los escucho. Pero sé hablar y entonces replico: no hay espermatozoides. No hay. ¿Ni uno? NI uno. Pero... ¿y vos? ¿Yo qué? Yo hago lo que puedo. Tengo un 20 % de quedar embarazada por cada inseminación. ¿Y por qué no quedás? ¿No será que le pifian al día? ¡Un 20 % te dije! ¿Aprendiste porcentaje en la escuela secundaria?

Soy terapeuta corporal. Trabajo con otros cuerpos (y con el mío propio). No soy ninguna necia respecto a la energía. Sé lo que le hacen las drogas a mi cuerpo. Sé el efecto de la halopatía. Pero quiero ser mamá. Y sé que este camino no es el camino del equilibrio. No quiero que me equilibren. A ver si me entienden. Tengo que subirme a la ola. Nadie se sube a una ola en posición de loto. Y el equilibrio lo encuentra una, cuando ya se subió, y te quedás ahí, surfeando, vos solita con la ola, rogando que todo termine bien.

2 comentarios:

  1. como te entiendo amiga!!! TANTISIMO!!!

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  2. Mi hermana, sin querer, desde la ignorancia desde la que hablan todos los que no estuvieron nunca de este lado de la línea, me preguntó un día si no sería que yo en realidad no quería quedar embarazada. Sin palabras. Pareciera que todos necesitan encontrar una respuesta a lo que nos pasa, pero no sé por qué tienden a no elegir jamás la científica!
    Un abrazo grande y a seguir remando! :)

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