23 de diciembre de 2013

Purgas

Qué difícil es hacer la plancha cuando se tiene todo un año de ansiedadincertezasyespera encima. A mitad de semana esos síntomas de cansancio, estado semifebril y desmayo por una bruta bajada de presión desembocaron en lo que el médico definió como "un rotavirus que abunda por estos lares y tiene su pico máximo cada 15 días". En mi peor momento, cuando los cólicos me doblaban en dos y las ganas de vomitar eran insoportables me sobrevino una necesidad de llorar, rabiar, putear. Todo lo que no pude decir lo dijo mi estómago fiel. Tengo un estómago muy sincero, realmente.
Y entonces mi estómago dijo:
Querida mía, no va más. O reaccionás vos o reacciono yo. Si seguís por la vida creyendo que saldrás indemne de esta situación, estás muy equivocada. Estás lastimada, cansada, alterada y extremadamente sensible. Ni siquiera podés enojarte de lo cansada que estás. Vamos a ver: decís que viniste acá a relajarte. Hice todo lo posible para que lo hicieras. Pero no, ves una embazarada y te la querés comer cruda. CRUDA. Ves una embarazada con dos hijitos más a cuestas y te la querés comer VIVA. Entonces, no seamos necios. No podés relajarte y yo te voy a ayudar a sacar toda esa mierda que tenés afuera de este cuerpito tan bonito que tu mamá te dio. 
Y entonces me purgué.

1 comentario: