3 de septiembre de 2014

Tobogán de la vida

Después de unos días me siento mejor. No pude evitar hacerme las típicas preguntas filosóficas y enojarme. ¿Tiene esto un propósito? ¿Cuál es la finalidad? ¿Qué tengo que aprender de todo esto? ¿Qué más? Pero en realidad lo importante es que el deseo de tener hijos sigue allí. El deseo de acunarte, sentirte, nombrarte. Miro alrededor y pienso que hay que continuar. Tengo pendiente una nueva consulta con el doc. Los "congeladitos" están ahí, a la espera de que yo vaya por ellos y yo no tengo idea de cómo es. ¿Hay que esperar? Ni idea. Hoy me armé de valor y pedí una hora. Me dieron un turno perfecto. En serio, un turno que encaja perfecto en mi día. ¿Me tiro por el tobogán? No tengo nada que perder y mucho que ganar.

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