7 de agosto de 2014

Inexplicancias

Soñé con una hija. Mi hija. Tenía un año. Su pelo era oscuro y los ojos muy negros. Tenía la piel descamada y estaba muy pálida. En mi sueño yo estaba haciendo el tratamiento que estoy haciendo ahora. Me daba las inyecciones y rogaba que hubiera muchos ovocitos para fecundar. De pronto miraba a mi hija y me decía: ¿pero cómo no me di cuenta de que ya tengo una hija? Pero era una hija que no podía abrazar. La veía brumosa. No estaba en este mundo.
En el sueño la carita de esa nena se convertía en la cara de mi hermoso y dulce gato. Me desperté con mi gato durmiendo a pata suelta, encima mío.

2 comentarios:

  1. La magia de la mutación de los miedos, de las ansiedades, de los recuerdos, de las reflexiones que alguna vez tuvimos en sueños... TEFUER. Por mera curiosidad: fue angustiante tipo pesadilla o solo loco a lo "Laberinto"?? Beso!

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  2. No, no fue una pesadilla aunque reconozco que me desperté algo perturbada. Fue más bien un "qué loco!, de dónde salió esta nena?". Y luego la tristeza de entender que esa nena no estaba entre nosotros y de que sí necesitaba seguir con el tratamiento. Igual lo del gato es re loco. Apareció en enero, justo luego de todo el año de inseminaciones, la pérdida gestacional y luego de que un auto atropellara y matara a mi gata. Y apareció de la nada, ya adulto, hermoso, esbelto y blanco. Se diría que él nos adoptó a nosotros y no al revés.

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