26 de octubre de 2013

5

¡Viernes! Me inyecto Puregon con los ojos cerrados. Tengo un sueño tremendo. Tengo turno con el doc a las 11:30 y cuando me hagan la eco ya voy a tener puesta mi dosis de Puregon del día. Parto rumbo a la facultad a dar un teórico. No sé ni cómo hago para concentrarme en dar la clase pero lo logro. 
Llego a la clínica y todo es un caos, muchísima gente, el doc muy atrasado. Los viernes suelen ser así. Me voy a tomar un café con leche al bar de la esquina. No como nada desde las seis de la mañana y todas las células de mi cuerpo me gritan: ¡comida!  
Al volver me dicen que me va a atender el médico joven porque mi doc está muy atrasado. No tengo problemas con eso.
Me acuesto en la camilla. H es metódico, reservado y bien preciso. Apenas entra al cuarto ya baja las luces. Me hace sentir cómoda. Suena Pennylane de The Beatles como música de fondo. Me dan ganas de reirme. Le hago un comentario jocoso de la buena música que pasan en la clínica y el médico se ríe un poco conmigo. Me va contando lo que ve. Y lo que ve es asombroso. Ya tengo un folículo de unos 17 mm a punto de salir. Y otro del otro ovario de unos 14 mm que supone que crecerá con el pasar de estas horas.
-Seguro que llegás a la inseminación con dos, lo cual es mejor.
Siempre llegué con dos. Esta vez la medicación fue menor y estoy contenta. Todo va más rápido y siento que mi hijito/a quiere venir. Por primera vez pienso que tal vez no sea yo la apurada sino que hay algo, una presencia que está apurando las cosas.
Así que la inseminación será el lunes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario